Arqueología

A mediados del siglo II d.C. (aproximadamente entorno al año 150), en este barrio comercial y artesanal de la ciudad de Córdoba, hubo un establecimiento dedicado a la producción y comercialización de aceite de oliva. Algunos restos arqueológicos se han conservado y están expuestos al público en nuestras instalaciones.

Durante el Imperio Romano la provincia Bética fue el principal centro productor de aceite de oliva, entre los años 50 a.c. y 200 d.C. en esta zona hubo un importante barrio (vicus), estaba fuera de la ciudad amurallada, pero junto a una importante puerta (Porta Piscatoria). Esta situación, junto al río, dio lugar a que hubiese numerosos establecimientos comerciales y artesanales.

PRODUCCIÓN Y VENTA DE ACEITE DE OLIVA
Las características de estas estructuras, con diversos depósitos y canalizaciones, la aparición de piezas de la prensa utilizada para extraer el aceite y el hallazgo de numerosos fragmentos de ánforas, son pruebas de que estos restos pertenecen a un molino de aceite.

Los restos arqueológicos que se han conservado de este establecimiento comercial nos permiten observar algunas de las técnicas constructivas más frecuentes en Epoca Romana: muros realizados con grandes sillares de piedra (opus quadratum), revestidos en su Interior con estuco pintado (opus marmoreum), suelos cubiertos por mosaicos realizados con pequeñas teselas de colores formando espectaculares composiciones geométricas (opus tessellatum), o recubrimientos de una gruesa capa de hormigón de arena y cal con pequeños fragmentos de cerámica (opus signinum).